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C u r a d u r í a s

 

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Dolores Arena y Juan Trujillo

"Fragmentos del Mundo"

Museo Torres Bicentenario

noviembre 25, 2016

Cualquier obra de arte es una gran revelación. Parecerá mentira pero el arte tiene alma propia que describe las emociones de un artista que con su espíritu crea estilos que motivarán a un espectador a entender su obra. La escultura puede serlo todo: una claridad solar, un dulce y suave viento de alborada, un tormentoso y escalofriante enfrentamiento o puede ser lo que somos, el hoy, el ayer o un mañana prometedor.

 

En cada obra de esta exposición, de dos artistas que se complementan, se percibe pasión, fuerza, libertad bajo  miradas múltiples. Es un intercambio de formas humanas naturales y abstractos figurativos que permiten poner al descubierto un constante vibrar, donde se transforman las palabras, emociones e ideas en múltiples esculturas, que brotan desde lo más profundo del ser de Dolores y Juan.

 

Ambos muestran un espíritu inquieto que siempre explora sensaciones, sus obras están en un diálogo constante motivando al observador a cuestionarse y llevarnos quizás a descubrimientos que llevamos todos dentro. En esta exposición, los Maestros mediante la observación de sus obras, nos conducen a explorar la conciencia, el ser real que vive detrás de todas las máscaras que tratamos de llevar a diario. El proceso es un constante descubrimiento de su propia alma, con plena libertad, proyectando lo que ella es sin límites. No hay ego, no hay miedo, porque las formas son sus palabras y sus bronces su idioma. En esta exposición se capturan momentos que la llevaron a un crecimiento personal y que nos permitirá ser conscientes de la belleza interior verdadera.

 

Dolores Arena es una artista a quién desde niña el arte le ofreció la posibilidad de adentrarse en ese mundo mágico y de colores a través del cual pude desbordar y manifestar su interior. Tanto la pintura como la escultura han sido herramientas para plasmar sus emociones, sensaciones y deseos, para hablar de su amor por la vida. Al trabajar en una obra, en palabra de ella, es parte de la creación, se transforma en los elementos y la materia que dan vida a mi ser. Desea manifestar su alma, y un camino noble. En su obra el individuo se presenta desnudo. Hombre y mujer, despojados y expuestos cada uno frente a sí mismo y uno frente al otro, se desgarran pero también aman y se apasionan. Tanto en su obra figurativa como abstracta busca que el espectador sea consciente de sus sentimientos y emociones; que complemente la obra con su mirada, que resignifique el lienzo e imprima su voz en ese diálogo entre la experiencia creadora y la experiencia receptiva.

 

Juan Trujillo desde niño inicia sus estudios en la escuela de artes en el bosque de Chapultepec. Su formación a la fecha es autodidacta dentro de la corriente del expresionismo abstracto. Su obra ha sido expuesta en más de 130 exposiciones, entre individuales y colectivas. Es un pintor de metáforas, un indagador de los secretos de la imagen y de la grandeza que solo registra la creación artística. Trujillo rinde homenaje a la imagen femenina. Se destaca la sensibilidad de un constructor de sueños, de un poeta del pincel, quien domina las más diversas técnicas y que se mueve entre las dimensiones de lo abstracto y lo expresionista. Juan Trujillo es un artista cuya primordial atracción estriba en explorar los misterios indescifrables del cosmos femenino. Trujillo pinta porque vive poseído, más, por una pasión, que por sus propios sentimientos. Sus elegantes trazos, sin el estorbo del rigor académico, nos llegan rápidos, ágiles, espontáneos, y se antojan como una descarga verbal precipitada con gran armonía en violentos golpes de color.

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