“Preludio en Valle” es indudablemente un reto para mostrar que la fotografía, es expresiva, original y tiene un lenguaje propio, ya que Tania Esquivel nos traslada a lo más esencial, reflejando sus sentimientos dotados de sus propios significados y expresiones auténticos, usando lo visual de la forma y del color para deleitarnos con composiciones independientes a las referencias perceptivas que generalmente tiene un espectador.

 

Las grandes pasiones de Tania Esquivel están reflejadas en sus fotografías. El crujir de una hoja seca con el sonido de la guitarra de Morgan; la voz melodiosa de Rosalía; la sencillez de Elizabeth de cruzar el océano para que su violín nos envuelva; la fuerza vibrante y contundente del  chelo de Alain; el cúmulo de emociones que generan la elegancia de los movimientos de Adolfo; la dominante energía que ejerce Mari como jinete; el caballo animal que la fortalece día a día...

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Así Tania decide hacer un homenaje a sus amigos, al talento y belleza espiritual que tienen, donde la magia de Valle de Bravo crea el escenario perfecto para deleite de sus ojos.

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A diferencia de fotografías tradicionales, la aparente simplicidad de cada imagen, nos produce sensaciones de fuerza y energía, lo que contribuye a la meticulosa observación de cada una, que la hace única, en armonía con la sensibilidad y la belleza capturada por el ojo de esta gran fotógrafa.

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Bajo este preámbulo, “Preludio en Valle”, nos deleita con una serie de escenarios y personajes notables plasmados en finas maderas que muestran al arte con una perspectiva diferente ya que los elementos intervenidos se integran en conjuntos armoniosos que le presentan al espectador una exposición que rompe con lo tradicional.